enero 24, 2011

Paraíso en la mata atlántica

Governador Celso Ramos no tiene oficina de prensa ni de turismo. Su sala de información funciona en la habitación de una dependencia municipal, en Ganchos, uno de los pueblos de la región, y sólo abre en horarios breves. Governador Celso Ramos parece no necesitar ninguno de estos aparatos de la industria del turismo moderno. Uno de los mejores planes es perderse en esos pueblitos de pescadores: Fazenda de Armazao y Armazao da Piedade -el más antiguo de la zona-. Subir y bajar un morro y descubrir una playa. Hacerle prensa sería un pecado. Y por suerte a este blog lo lee muy poca gente.

Governador Celso Ramos ni siquiera necesita de un nombre atractivo y sonoro. Pequeño paraíso en la tierra, queda en la región norte de Santa Catarina, en el litoral conocido como Costa Esmeralda(junto con Bombinhas, Itapema y Porto Belo). Pero a diferencia de estos sitios, no tiene -crucemos los dedos- movimiento turístico masivo.

Inquieta un poco que se vaya a convertir en un destino "top". El resort más caro de Brasil, Ponta dos Ganchos, está en estas playas y en una caminata descubrimos, xq nos contaron los guardias de seguridad que custodiaban la zona (un delirio ese trabajo, todo el día apostado en un morro mirando el océano bajo el sol) que están construyendo otro resort a todo vapor, también destinado a ser el melhor, como les gusta a los brazukas.


Ver Governador Celso Ramos en un mapa más grande

¿Qué es lo que tiene esta región?

Pequeñísimos pueblos de pescadores, descendientes de las islas Azores; una villa pintoresca, Palmas, con negocios, barrios abiertos y cerrados (como el despampanante Recanto Das Mares, donde el tenista Gugga tiene casa de cuatro pisos adonde invita amigas como Gisele Bündchen, y se alquilan piringundines a 1200 dólares diarios), un puñado de torres que amenazan con reproducirse pero que no rompen la armonía hasta ahora.

Una increíble flora (orquídeas silvestres, flores apretadas y chiquitas, de colores tan intensos como sólo se dan en la selva) y fauna salvaje (vimos tapires, lagartos inmensos, arañas doradas, pájaros miles).
Unas playas variadas y de película para todos los gustos, humores, estados civiles y climas. Más concurridas y urbanizadas o vírgenes. Con o sin rocas. Abiertas o cerradas. Para surfear o para ir con los bebés. Verdes, azules, grises, turquesas y plateadas.

Lo conocimos hace dos años y en enero del 2011 volvimos. Es raro volver a los lugares donde uno estuvo. Pero Celso tiene aguante: la rompió. En estos dos años creció muito. Y parece que la cosa recién empieza.


enero 13, 2011

El clima y la playa brasilera

En Brasil está nublado, vas a la playa y el agua está calentita.
Hay viento. Es cálido. Vas a la playa.
Llovizna. Vas a la playa.
Está fresco y no da para meterse al agua. Vas a la playa a caminar.
El pronóstico meteorológico te dice, entre otras cosas, la altura de las olas (1,4m) y la temperatura del agua (25 grados C).

Los últimos días estuvieron grises, frescos y lluviosos, y aun así, cubrimos cupo mínimo de actividad playera.






enero 10, 2011

Praia Tinguá, melhores praias do mundo



Ari 100% relax.


Está en nuestra lista personal de las mejores playas del mundo. No tiene nada que envidiar, por ejemplo, a las del Caribe. Se llama Tinguá, queda en Fazenda da Armazao, a 50 km al norte de Florianópolis, en Governador Celso Ramos (Santa Catarina, Brasil). Es chiquita, unos 600 metros de largo. Está bordeada de vegetación y apretada entre los morros. Por su difícil acceso por tierra, en la semana solía estar desierta. No había ni un chiringuito de refri#agua de coco#cerveja#milho, salvo los sábados y domingos, más concurrida pero siempre a escala pequeña. Por su enclave en una bahía, tiene aguas calmas. Transparentes, verdes, esmeraldas. Los niños nadan a la vista de sus papás. Relax. Sigue siendo hermosa pero dejó de ser un secreto. Al menos para los yates que llegan desde Florianópolis en bandadas.

Primer día de playa


Hijitus llegó equipadísimo a la playa de Palmas.

Y su mamá también.

Rutas uruguayas

Camino a Brasil 2011

Este año decidimos romper el mito de ir en auto a Brasil. Salimos de Buenos Aires y encaramos por la ruta 9 y luego por la 14 que corre por Entre Ríos. La R14, muy peligrosa y accidentada, ahora está super porque la hicieron doble mano. Solo nos tocó una parte bastante insopor, unos 50 km antes de llegar a Colón. Ese tramo fue uno de los más densos de todo el trayecto hasta Brasil. Pasando Colón, y tras aprovisionar tanque de nafta, doblamos hacia el Puente Artigas, frontera con Uruguay. Las rutas uruguayas muy gauchitas, sencillas, en algún tramo deterioradas pero nada grave, eso sí, desiertas. Y un paisaje tremebundamente hermoso. Nos tocaron las nubes más lindas del año y una tormenta breve en 30 km.
Rivera es la ciudad uruguaya que hace frontera con Brasil. La ciudad gemela se llama Santana do Livramento. Es rara la topografía porque las separa simplemente un mástil de una plaza, de un lado Ur y del otro Br. Es zona franca, llena de negocios y deep Latin America, pero veníamos tan embalados que no daba parar un segundo. El trámite de migraciones duró una hora: vas de un puesto a la comisaría local, te sentás a esperar en la vereda con otros argentos y listo el pollo.
Al anochecer llegamos a Sao Gabriel, la parada programada. Nos habían aconsejado el Hotel Sao Luiz y Beta, y Sao Luiz fue el primero que encontramos (gracias al GPS, obvio). Fue pisar ahí y gritar: qué clara la tienen los brazucas! La habitación muy básica, sin tele ni aire, pero abajo una piscina hermosa, con palmeras, estatuas (!) y un montón de bobadas más la consabida mesita para el birrín, que esta vez por el cansancio no tuvimos oportunidad de degustar. Antes de pasar por la pile bajo las estrellas, hicimos escala en el restaurante, donde el morfi era al estilo precio fijo (22R por persona, niños sin cargo) y muy bien.
A la mañana siguiente, cafe da manha y a las rutas. Modernas, bien mantenidas, y velocidades máximas menores que en la Argentina (110 como max en autopistas). Se hizo un poco largo porque no veíamos la hora de llegar. Pero no era una conducción difícil. La ruta BR 101, la interbalnearia, está siendo ampliada y en muchos tramos hay doble carril, en otros uno solo y esa es la parte fulera. Cuando faltaban 190 km para Floripa y dijimos: ya casi estamos, zácate, empezó el tránsito pesado, la mano única, un plomazo total. Finalmente apareció el esperado cartelucho> Governador Celso Ramos 25km y ahí sí, felicidade.


Al llegar al pueblo buscamos la posada Alamandas donde paramos hace dos años. Hijitus venía diciendo de ir a saludar a Adams, el anfitrión, mais resulta que una de las posadas más lindas del mundo se convirtió en Beach Club Alamandas. Adams vendió tudo y se fue.  Enfilamos para la inmobiliaria. Y en la cuarta que visitamos, ya del lado de Palmas porque en la zona de Fazenda da Armazao no conseguimos nada, encontramos esta linda casa.